Estos años han pasado volando y todavía recuerdo con emoción y mucho cariño el primer cumpleblog del blog por allí el año 2010… Quien imaginaba que después de un sencillo Yogur Natural llegarían 1000 recetas más… Y si alguién me lo hubiera dicho no le habría creído ;o)
Podría repetiros lo importante que es el blog en mi vida, volver a daros las gracias por estar aquí, preguntando, leyendo, cocinando, animando, volver a recordar encuentros en el mundo real y en el virtual, hablaros de las mil cosas nuevas que he aprendido por y para el blog…
Pero este 8º cumpleblog es muy especial para mi… Creo que ya le tocaba al blog tener casa propia y recién reformada… Así que os invito a venir descubrirlo ahora mismo en
Allí os cuento las novedades, os doy un paseo por la casa y os cuento todo para el sorteo del 8º cumpleblog . Sin olvidarme de la receta del día!!!
Por cierto, a partir de ahora, las nuevas recetas se publicarán en comeconmigo.net. Así que si queréis seguir siguiendo el blog, no olvidéis suscribiros allí.
En verano, suelo cocinar poco, en parte porque no estamos en casa y en parte porque con Polyanna nos pasamos los días juntas liadas y por la noche me da una pereza (¿o será cansancio del bueno?) terrible ponerme a cocinar, más todavía con las altas temperaturas que estamos teniendo este año.
Lo que si no puede faltar, son horas preparando mermeladas para alegrar los meses de invierno :o) Después de la mermelada de melocotón, jengibre y canela que compartí hace poco, hoy le toca a esta mermelada de albaricoques, romero y falsas almendras. El toque de romero con el albaricoque siempre es un gran acierto.
Por falsas almendras, me refiero a la “almendra” del propio albaricoque. Publiqué en los principios del blog (por allí el 2010...) una receta de mermelada de albaricoques con falsas almendras y desde entonces cada año una tanda lleva dichas almendras.
Es un sabor con recuerdos: cuando era niña, mi abuela solía poner estas almendras dentro de un nudillo para dar un saborcillo a la mermelada de albaricoque y me encantaba cuando por casualidad me encontraba una de estas almendras “escapada” en una tostada.
¿Habéis probado alguna vez estas almendras? ¿Sabéis que son la base de los amarettis italianos tradicionales? De un tiempo donde no se tiraba nada de nada.
MERMELADA DE ALBARICOQUES, ROMERO Y FALSAS ALMENDRAS
Para unos 6/7 botes
1,850kg de albaricoques preparados
1,1g de azúcar para mermeladas
1 rama de romero hermosa
Unos 25 huesos de albaricoque
3 sobres de pectina para mermeladas
Empezamos triturando 400g de albaricoques para obtener un puré algo grueso. Mezclamos con los albaricoques cortados por la mitad si son muy grandes, el romero limpio y el azúcar. Dejamos que el azúcar se funda un par de horas y mezclamos 2 o 3 veces durante este tiempo. (Lo podemos preparar de un día para otro dejándolo en la nevera, tapado con un papel film).
Ahora vamos con lo pesado de la receta: con la ayuda de un cascanueces, rompemos los huesos de los albaricoques para recuperar la “almendra” que contienen. Hay que tener un poco de fuerza y mucha paciencia pero realmente vale la pena. Cuando terminemos, cubrimos las “almendras” con agua hirviendo y al cabo de unos 5 minutos los colamos. Así les quitamos la piel marrón sin ningún tipo de problema. Con la ayuda de un cuchillo, las picamos y reservamos.
Antes de empezar a cocer la mermelada, retiramos la rama de tomillo, le quitamos la parte central dura y picamos las hojas muy finitas para que luego se confiten en la mermelada.
Ya podemos verter en un caldero para mermeladas los albaricoques con el azúcar, el romero picado y las falsas almendras picadas. Ponemos a fuego vivo hasta que rompa a hervir.
Removemos constantemente para que la mermelada no se nos queme.
Dejamos cocer unos 7/8 minutos después del hervor y probamos el punto con la prueba del platito*. En este momento podemos añadir la pectina según las indicaciones del paquete si la vamos a usar.
Hervimos 2 minutos más y ya podemos verter la mermelada todavía hirviendo en los potes previamente escaldados y los dejamos boca abajo.
Esperamos 48h antes de pasteurizar** la mermelada si no la vamos a consumir en unas semanas. Así duran varios años, ¡si no te las comes antes!
Bon profit!
Algunas informaciones útiles o no tan útiles
* La prueba del platito
Para saber más acerca de mermeladas y como conseguir que te salgan perfectas puedes pinchar aquí.
Ya sé que existen varios métodos serios para averiguar si la mermelada está lista o no. Pero a mí, la que más me gusta, es la que solía usar mi abuela: cuando se empieza a preparar la mermelada, se pone un platito en el congelador y cuando se quiera averiguar si la mermelada está en su punto, se vierten una o dos gotas de mermelada sobre el platito. Si se corren en el plato, hay que añadirle algún tiempo de cocción. Si se aguantan, esto significa que la mermelada está lista.
Pero nunca hay que olvidar que todas las frutas no “cuajan” de la misma manera, o sea que la mermelada de fresa nunca será naturalmente tan firme que la de plátano por ejemplo.
** Pasteurizar mermelada casera
Suelo usar menos azúcar en mis mermeladas que en las recetas clásicas. Para que me duren meses (¡e incluso años!) a pesar de esto, siempre las esterilizo. ¿Cómo? Es muy sencillo: en la olla presión, 5 minutos al 2. ¡Y ya está! Así las puedo conservar varios años: algunas que se habían escondido incluso me duraron 3 años (más la verdad es que no lo sé porque ¡¡¡nunca he tenido mermeladas que duren tanto!!!).
Sin duda alguna, los melocotones son mi fruta favorita. Me gustan de mil maneras y como suelen durar poco en el mercado, cada año procuro ir preparando mermeladas y conservas que nos permitan disfrutar con ellos a lo largo del año.
Nunca falta una tanda de mermelada de melocotón y azafrán y el toque de las especias me encanta, como en mi propuesta de hoy. El toque de canela y jengibre es toda una promesa de desayunos soleados en pleno noviembre :o)
1,650 kg de melocotones, pelados y cortados en láminas finas
1 kg de azúcar para mermeladas
1CS* de canela molida
1cc* de jengibre en polvo
1cc* de jengibre fresco rallado
La piel rallada de un limón ecológico o sin tratar grande
2 sobres de pectina (opcional)
1 trocito de mantequilla para desespumar** (opcional)
Mezclamos las láminas de melocotón con el azúcar en un cuenco grande con la canela, los dos jengibres y la ralladura de limón.
Dejamos el azúcar fundirse (unas 3 o 4 horas según la temperatura ambiente o una noche completa en la nevera), mezclando unas cuantas veces hasta que se forme como un almíbar alrededor de la fruta.
Vertemos en un caldero para mermeladas y ponemos al fuego hasta que rompa a hervir la mermelada, mezclando constantemente para que no se pegue.
Dejamos cocer unos 7/10 minutos. Probamos si la mermelada está en su punto con la prueba del platito*. Os aconsejo probar en este punto para ajustar las cantidades de especias ya que cada marca es un mundo y las cantidades que hay que usar son muy variables. Siempre es mejor pecar de poco e ir añadiendo.
Si vamos a usarla, añadimos la pectina preparado según las indicaciones del fabricante. Y mantenemos la ebullición 2 minutos más.
Si hay espuma en el caldero, echamos el trocito de mantequilla** y vemos como la espuma va desapareciendo. Si todavía queda un poco de espuma, le echamos otro poquito de mantequilla. Dejamos hervir 1 minuto más y ¡lista!
Vertemos la mermelada todavía hirviendo en los potes previamente escaldados y los dejamos boca abajo.
Esperamos por lo menos 48h antes de pasteurizar* la mermelada si no la vamos a consumir en unas semanas. Así te durarán 2 o 3 años… ¡si no te las comes antes!
Bon profit!
Algunas informaciones útiles o no tan útiles
* Encontraréis muchos detalles sobre la prueba del platito y cómo pasteurizar mermelada casera en esta entrada. Si no soléis preparar mermeladas, seguro que descubrís alguna cosa y si estáis acostumbrados, ¡estoy segura que también!
** Leí el “truco de la mantequilla” para quitarle la espuma a las mermeladas en los consejos de los lectores o socios de alguna revista hace ya muchos años. Es increíble como la espuma desaparece en un par de minutos. Así nos ahorramos tiempo y esfuerzo y ¡podemos aprovechar más mermelada, un buen pote en nuestro caso! Vamos que vale la pena probarlo por lo menos una vez…
Dos veces al año suelo darle un buen repaso a la despensa para ir dando salida a algunos productos “rarillos” que he comprado en algún momento y que se quedaron en el olvido. O para ir utilizando aquellos cuya fecha de caducidad esté cercana.
La última vez salió de esta limpieza de primavera unas peladillas del bautizo de Polyanna… La probamos y al ver que de sabor estaban bien decidimos usarlas cuanto antes. Recordé haber visto en alguna revista una tarta que combinaba peladilla y albaricoque. Me gustaba la idea así que no lo dudé y con los albaricoques que tenía esperando para ser transformados en mermelada nació la mermelada de hoy. ¿Qué os parece?
Empezamos triturando 400g de albaricoques para obtener un puré algo grueso. Mezclamos con los albaricoques cortados por la mitad si son muy grandes y el azúcar. Dejamos que el azúcar se funda un par de horas y mezclamos 2 o 3 veces durante este tiempo. (Lo podemos preparar de un día para otro dejándolo en la nevera, tapado con un papel film).
Picamos toscamente las peladillas del tamaño que nos apetezca. Reservamos.
Cuando estemos listos para preparar la mermelada, podemos verter en un caldero para mermeladas los albaricoques con el azúcar. Ponemos a fuego vivo hasta que rompa a hervir.
Removemos constantemente para que la mermelada no se nos queme.
Dejamos cocer unos 7/8 minutos después del hervor y probamos el punto con la prueba del platito*. En este momento podemos añadir las peladillas picadas y removemos.Hervimos 2 minutos más. Ojo veréis que en este momento la mermelada espesará de golpe y se volverá opaca. Mezclamos bien para que no se pegue.
Si hay mucha espuma, podemos añadir un trocito pequeñito de mantequilla (como 5/10g) y mezclamos bien, y repetimos un par de veces hasta que no quede espuma. Hervimos un minuto y ya podemos verter la mermelada todavía hirviendo en los potes previamente escaldados y los dejamos boca abajo.
Esperamos 48h antes de pasteurizar** la mermelada si no la vamos a consumir en unas semanas. Así duran varios años, ¡si no te las comes antes!
Bon profit!
Algunas informaciones útiles o no tan útiles
* La prueba del platito
Para saber más acerca de mermeladas y como conseguir que te salgan perfectas puedes pinchar aquí.
Ya sé que existen varios métodos serios para averiguar si la mermelada está lista o no. Pero a mí, la que más me gusta, es la que solía usar mi abuela: cuando se empieza a preparar la mermelada, se pone un platito en el congelador y cuando se quiera averiguar si la mermelada está en su punto, se vierten una o dos gotas de mermelada sobre el platito. Si se corren en el plato, hay que añadirle algún tiempo de cocción. Si se aguantan, esto significa que la mermelada está lista.
Pero nunca hay que olvidar que todas las frutas no “cuajan” de la misma manera, o sea que la mermelada de fresa nunca será naturalmente tan firme que la de plátano por ejemplo.
** Pasteurizar mermelada casera
Suelo usar menos azúcar en mis mermeladas que en las recetas clásicas. Para que me duren meses (¡e incluso años!) a pesar de esto, siempre las esterilizo. ¿Cómo? Es muy sencillo: en la olla presión, 5 minutos al 2. ¡Y ya está! Así las puedo conservar varios años: algunas que se habían escondido incluso me duraron 3 años (más la verdad es que no lo sé porque ¡¡¡nunca he tenido mermeladas que duren tanto!!!).
Mezclamos el ruibarbo con el azúcar, el jengibre y la ralladura de limón.
Dejamos que el azúcar se funda un par de horas y mezclamos 2 o 3 veces durante este tiempo. (Lo podemos preparar de un día para otro dejándolo en la nevera, tapado con un papel film).
Vertemos esta mezcla en un caldero para mermeladas y ponemos a fuego vivo hasta que rompa a hervir.
Removemos constantemente para que la mermelada no se nos queme.
Dejamos cocer unos 7/8 minutos después del hervor y probamos el punto con la prueba del platito**. Añadimos el jengibre confitado. En este momento podemos añadir la pectina según las indicaciones del paquete si la vamos a usar.
Hervimos 2 minutos más y si queda algo de espuma la sacamos con una cuchara o añadiendo un trocito de mantequilla hasta que ya no quede espuma.
Ya podemos envasar la mermelada todavía hirviendo en los potes previamente escaldados. Los guardamos boca abajo hasta que se enfríen.
Esperamos 48h antes de pasteurizar*** la mermelada si no la vamos a consumir en unas semanas. Así duran varios años, ¡si no te las comes antes!
Bon profit!
Algunas informaciones útiles o no tan útiles
*cc: cucharita de café
** La prueba del platito
Para saber más acerca de mermeladas y como conseguir que te salgan perfectas puedes pinchar aquí.
Ya sé que existen varios métodos serios para averiguar si la mermelada está lista o no. Pero a mí, la que más me gusta, es la que solía usar mi abuela: cuando se empieza a preparar la mermelada, se pone un platito en el congelador y cuando se quiera averiguar si la mermelada está en su punto, se vierten una o dos gotas de mermelada sobre el platito. Si se corren en el plato, hay que añadirle algún tiempo de cocción. Si se aguantan, esto significa que la mermelada está lista.
Pero nunca hay que olvidar que todas las frutas no “cuajan” de la misma manera, o sea que la mermelada de fresa nunca será naturalmente tan firme que la de plátano por ejemplo.
*** Pasteurizar mermelada casera
Suelo usar menos azúcar en mis mermeladas que en las recetas clásicas. Para que me duren meses (¡e incluso años!) a pesar de esto, siempre las esterilizo. ¿Cómo? Es muy sencillo: en la olla presión, 5 minutos al 2. ¡Y ya está! Así las puedo conservar varios años: algunas que se habían escondido incluso me duraron 3 años (más la verdad es que no lo sé porque ¡¡¡nunca he tenido mermeladas que duren tanto!!!).