Hoy una receta que empezó por un “Jope, ¿cuántos días lleva aquí este plátano?” y que se acabó en “Eres un ángel”…

Siempre me sorprendía cuando leía en recetas (mayoritariamente anglosajonas) que lo ideal era escoger plátanos casi podridos para el éxito de la receta… Podrido le faltaba poco pero como en casa no se tira nada pero se recicla mucho, pensé que por fin había llegado el momento de probar un banaba bread.

Miré en mis queridas libretas de recetas y di con 7 recetas distintas, así que cogí lo que más me gustó de cada una y el resultado mereció la pena… El problema es que no suelen quedarnos nunca plátanos así que no sé yo si podremos repetir esta receta…

Además con esta receta participo en el concurso que organiza Thermofan y cuyo tema es Estimulando los sentidos, por lo cual la receta debe comportar por lo menos dos ingredientes afrodisíacos, en nuestro caso, nueces y plátano.

Llevo pensando con que receta participar desde hace varias semanas pero no quería cosas demasiado evidentes, ya que en mi cocina suelo usar jengibre y más jengibre,  ya sea en bebidas como este cóctel o en unas sencillas albóndigas de pollo.

Vamos, este banana bread con nueces, me parece una receta estupenda para la categoría “Final Feliz”…

BANANA BREAD CON NUECES

para 1 cake pequeño*

1 plátano muy maduro

65g de harina integral

50g de azúcar moreno

30g de mantequilla

1 huevo

1cc* de levadura tipo Royal

25g nueces o de nueces pecanas

Calentamos el horno a 180º.

Pelamos el plátano y lo hacemos puré con un tenedor.

Mezclamos la harina integral y la levadura.

Con una batidora eléctrica, batimos el huevo con el azúcar moreno hasta que vaya ganando volumen. Añadimos el puré de plátano y la mantequilla muy blanda. Cuando todo esté muy liso, añadimos la harina con la levadura.

Con una espátula, añadimos las nueces pecanas cortadas en 3 o 4 trozos.

Lo pasamos a un molde rectangular pequeño previamente untado con un pelín de aceite neutro si no es de silicona.

Horneamos a 180º durante 35-40 minutos, el centro va a subir mucho y se va a dorar.

Para comprobar el punto, picamos en el centro y si sale seco, sacamos el banana bread del horno y dejamos que se enfríe en una rejilla de repostería.

Bon profit!

Algunas informaciones útiles o no tan útiles

* Un molde rectangular de silicona de 6,5cm de ancho x 14,5cm de largo x 3,5cm de alto

**cc: cucharita  de café

Hace unos días, estaba recogiendo la cocina mientras la peque estaba jugando con su padre y di con unas ciruelas pasas…

Me entraron con sólo verlas unas ganas tremendas de comer un far breton. Mi marido me miró… “¿pero bueno, tú sabes preparar esto?”.

“No, pero por eso tengo mis libretas y carpetas de recetas, para esta emergencias”. Empecé mirando y me topé con 7 recetas, todas distintas claras y con cantidades variables de grasa y azúcares…

Así que me lancé y lo preparé (total, como siempre ;o)) a mi manera y el resultado fue espectacular. Cuando lo probamos, templadito con la niña durmiendo, nos miramos, y dijimos juntos: “Increíble, es idéntico a mi recuerdo del que tomamos en Bretaña hace… ¡muchos años!”.

La textura es distinta de los otros flanes o bizcochos y su aspecto no es el más estético del mundo, después de subir mucho en el horno, se baja al salir si no le dejamos enfriarse un poco en el horno antes de sacarlo y tiene la particularidad que los bordes siempre quedan un poco dorados y no se bajan, Por lo menos es lo que nos contaron en la pastelería donde lo comimos con en Bretaña, cuando mi suegra me hacía descubrir los lugares de su infancia.

No es que sea un lugar muy lejano, pero esta semana ya os he traído a Vietnam y me apetecía aportar una receta al CSC#9 cuyo tema es En un lejano lugar, según la idea de nuestra anfitriona Claudia de Mivegablog.

Os animo a que preparéis esta receta, es de lo más sencilla y agradecida, se prepara en pocos minutos y después de una cena algo light es una buena opción para equilibrar nuestra dieta.

Una cosa tenemos muy clara en cas: ¡repetiremos muy pronto! Y lo prepararé para mi suegra para que nos confirme que sabe igual que en Bretaña. Ya os contaré…

FAR BRETON

para 3 personas

60g de harina

50g de fructosa

2 huevos

25cl de leche desnatada

1CS* de ron

15 ciruelas pasas

1 pizquita de sal

Un poco de mantequilla para los moldes si no son de silicona

Calentamos el horno a 210º.

Mezclamos la harina y la fructosa y la pizquita de sal.

Añadimos 1 huevo y mezclamos muy bien (obtenemos una masa gruesa pero procuraremos que quede lisa).

Añadimos el segundo huevo y volvemos a batir muy bien para no tener grumos.

Añadimos la leche desnatada poco a poco, mezclando con energía.

Añadimos el ron.

Si no usamos moldes de silicona, los untamos con un pelín de mantequilla.

Colocamos las ciruelas pasas en los moldes (con o sin hueso, la receta tradicional va con hueso ya que se supone que le da un saborcillo al asunto pero si van a comer peques mejor se quitan…).

Repartimos la masa con cuidado sobre las ciruelas pasas, procurando que las ciruelas queden hundidas, si no es así, las ayudamos apretando con una cuchara.

Cocemos durante 20 minutos a 210º y bajamos a 180º para los 10 últimos minutos.

Suben un montón mientras cuecen pero bajan de golpe si los sacas del horno demasiado rápido, así que los dejamos que se templen con el horno apagado y medio abierto.

 Se comen templaditos y si lo deseamos los podemos espolvorear con azúcar glas.

Bon profit!

Algunas informaciones útiles o no tan útiles

*CS: Cuchara Sopera

 7ProP por persona

Como para muchos de vosotros, ya estamos de vacaciones y parece ser que todavía vamos más justitos de tiempo ;o)

Antes de colgar el cartel de cerrado por vacaciones (todavía os queda un par de días para participar en el Bread Baking Day #42 del cual tengo el placer de ser la anfitriona este mes), quería compartir esta receta de postre templado que nos gusta mucho en casa y que sería el equivalente de las manzanas al horno en invierno.

Se prepara en un par de minutos y da mucho juego ya que cada uno puede escoger frutos secos distintos y albaricoques o melocotones o prunas. Se puede servir sólo o acompañado con helado. Vamos, que cada uno puede crear su propio postre.

Así que me parece perfecto para celebrar el Primer Cumpleaños del blog de Tito, La Cocina Sin Complicaciones.

¡Feliz fin de semana a todos!

ALBARICOQUES ASADOS RELLENOS

Para 3 personas

6 albaricoques hermosos (o 9 si son pequeños)

20g de almendras crudas sin piel

20g de pistachos crudos sin piel

4 albaricoques secos

1CS* de miel mil flores

2CS* de agua de flor de azahar

Colocamos los albaricoques secos en una fuente con agua caliente para que se rehidraten unos 15/20 minutos.

Con un cuchillo, picamos las almendras y los pistachos en trozos irregulares pequeños. Picamos los albaricoques rehidratados y bien escurridos.

Mezclamos los pistachos, las almendras y los albaricoques secos con la miel y el agua de flor de azahar. Reservamos.

Pasamos los albaricoques por agua fría y los secamos bien. Con un cuchillo, les quitamos el hueso procurando conservar el albaricoque entero.

Calentamos el horno a 160º.

Con la ayuda de una cucharita, rellenamos los albaricoques y les volvemos a dar forma.

A medida los tenemos preparados, los pasamos sobre una bandeja apta para el horno, donde habremos colocado previamente una base de teflón o un papel vegetal.

Horneamos unos 12/15 minutos, vigilando a partir de los 10 minutos. Tienen que estar blanditos si se tocan pero sin deshacerse,  y varía mucho según los albaricoques.

Se sirven templados, tal cuales o con una bola de helado (en nuestro caso, sorbete de almendras).

Bon profit!

Algunas informaciones útiles o no tan útiles

*CS: Cuchara Sopera