Si como a mi os da pena tirar la piel de las naranjas, especialmente si son ecológicas o sin tratar de la finca familiar, ésta es la receta perfecta aunque sea un poco entretenida y no cunda mucho.  

Primero, empecé a usar las pieles de un modo casi sistemático para preparar los yogures de naranja y Grand Marnier.

Y después, cuando la madrina de mi marido me dijo que las mermeladas de naranja eran sus favoritas y si por casualidad le podría mandar una casera pues empecé a prepararle un surtido para las últimas navidades, entre cuales estaba esta mermelada exclusivamente preparada con las pieles de las naranjas, una receta perfecta para un regalo combinado con la mermelada de naranjas dulces que compartí hace un tiempo.

Es una mermelada con un sabor intenso a naranja pero muy suave, con algo más textura que la clásica mermelada. Para rellenar un bizcocho de yogur cubierto con un ganache de chocolate negro, ¡ni os cuento!

En casa ya hemos empezado la temporada de mermeladas de primavera, os dejo a foto de mi pinche en pleno trabajo :o)

Si buscáis más consejos para que os salgan mermeladas caseras ricas y originales, podéis pinchar aquí o en el logo.

¡Feliz miércoles!

MERMELADA DE PIEL DE NARANJA

Para 2 botes tirando a pequeños (150ml)

110 g de piel pelada de naranja ecológica o sin tratar (aproximadamente la piel de 12 naranjas grandes) previamente hervida con agua filtrada durante 30 minutos y bien escurrida

110g de azúcar para mermelada

30ml de agua filtrada

700ml de zumo de manzana natural sin azúcar no proveniente de concentrados

Día 1

Empezamos limpiando las naranjas, las secamos y les sacamos la piel evitando toda la parte blanca (obtuve 110g de las 12 naranjas que tenía).

Las cocemos en agua hirviendo hasta que estén tiernas. Las escurrimos y las dejamos enfriar. Las secamos con un paño de cocina limpio y las guardamos en la nevera 24 horas.

Día 2

Cortamos las pieles en trozos muy finos y los pesamos, respetaremos las cantidades que pongo arriba, respetando proporciones.

Calentamos el azúcar con 30ml de agua filtrada a fuego suave hasta que quede disuelto y después llevamos a ebullición unos 2 minutos.

Añadimos las pieles de naranja y el zumo de manzana y volvemos a calentar hasta que rompa a hervir. Después bajamos el fuego y dejamos cocer unos 15 minutos hasta que las pieles de naranja queden transparentes y como escarchadas.

Comprobamos que la mermelada esté en su punto con la prueba del platito* y embotamos.

Vertemos la mermelada todavía hirviendo en los potes previamente escaldados y los dejamos boca abajo.

Esperamos por lo menos 48h antes de pasteurizar** la mermelada si no la vamos a consumir en unas semanas. Así te durarán 2 o 3 años… ¡si no te las comes antes!

Bon profit!

Algunas informaciones útiles o no tan útiles

* La prueba del platito

Ya sé que existen varios métodos serios para averiguar si la mermelada está lista o no. Pero a mí, la que más me gusta, es la que suele usar mi abuela: cuando se empieza a preparar la mermelada, se pone un platito en el congelador y cuando se quiera averiguar si la mermelada está en su punto, se vierten una o dos gotas de mermelada sobre el platito. Si se corren en el plato, hay que añadirle algún tiempo de cocción. Si se aguantan, esto significa que la mermelada está lista.

Pero nunca hay que olvidar que todas las frutas no “cuajan” de la misma manera, o sea que la mermelada de fresa nunca será naturalmente tan firme que la de plátano por ejemplo.

** Pasteurizar mermelada casera:

Si quieres verlo con todos los detalles puedes pinchar aquí.

Suelo usar menos azúcar en mis mermeladas que en las recetas clásicas. Para que me duren meses (¡e incluso años!) a pesar de esto, siempre las esterilizo. ¿Cómo? Es muy sencillo: en la olla presión, 5 minutos al 2. ¡Y ya está! Así las puedo conservar varios años: algunas que se habían escondido incluso me duraron 3 años (más la verdad es que no lo sé porque ¡¡¡nunca he tenido mermeladas que duren tanto!!!).