Creo que las acelgas siempre han tenido mala fama… Y eso que hervidas con patata me gustan… pero también cansan, ¿verdad?
Así que en casa para ir variando las maneras de cocinarlas, algunas veces opto por unas acelgas a la extremeña con su crumble de jamón y otras por saltearlas con manzana y almendras. Otras veces, estoy en plan más sofisticado y las transformo en velouté de acelgas con avena o ya por estas fechas cerca de Semana Santa preparo la Torta Pasqualina italiana…
Pero claro, aun así, sigo con ganas de darles más opciones a las pobres acelgas para que os animéis con ellas :o) Repasando mi biblioteca la semana pasada, di con el libroe Gavina Las 69 recetas más afrodisíacas de la cocina vegetariana que me había tocado en un encuentro de blogueros en Barcelona hace ya muuuuuchos años.
De allí lo de acelgas afrodisíacas… No sé si lo son pero ricas si y son una manera muy diferente de disfrutar de ellas. Así que sin más os dejo con la receta y os deseo un feliz miércoles.
ACELGAS AFRODISÍACAS*
Para 4 personas
1 buen manojo de acelgas de unos 700g
1 cebolla mediana
1 diente de ajo
200g de tomate pelado a cubitos de conserva
4 setas shiitaké deshidratadas
2CS** de jengibre fresco rallado
3CS** de salsa tamari baja en sal
1CS** de uvas pansas
1cc*** de pimentón dulce
½ cc*** de pimentón ahumado picante
Pimienta negra
1cc*** aceite de oliva
1CS** de semillas de sésamo tostado (opcional)
Empezamos rehidratando las setas shiitaké con agua caliente.
Calentamos el aceite y salteamos la cebolla pelada y cortada en daditos con el ajo pelado y prensado sin germen. Cuando empiecen a tomar color, añadiremos las uvas pansas y esperaremos que se hinchen como globitos (se tarda unos 3 minutos) antes de añadir las setas coladas y cortadas en láminas finitas.
Al cabo de unos 3 minutos más, añadimos las pencas y hojas limpias y cortadas en trocitos y salteamos unos 3 minutos más. Regamos con la salsa tamari al gusto (mejor pecar de poco que después se puede añadir más si es necesario) y el tomate pelado, tapamos y dejamos cocer unos 5 minutos más.
Cuando las acelgas estén casi en su punto, destapamos la cazuela y añadimos el jengibre fresco rallado, los pimentones, una pelín de pimineta negra al gusto y dejamos que la salsa reduzca otros 5 minutos.
Servimos caliente espolvoreando si lo deseamos con semillas de sésamo tostadas.
Bon profit!
Algunas informaciones útiles o no tan útiles
* Tuneada del libro de Pilar Ibern Gavina, Las 69 recetas más afrodisíacas de la cocina vegetariana.
**CS: Cuchara Sopera
***cc: cucharita de café