Este helado lo comí por primera vez en casa de una amiga, a quien trajeron kilos y más kilos de ruibarbo mientras estaba de vacaciones en su casa.
Ella se precipitó para preparar este rico helado donde el sabor ligeramente ácido del ruibarbo se combina con el toque picante y dulce del jengibre confitado.
Llevaba años deseando preparar este helado pero en Barcelona no había conseguido ruibarbo por ningún sitio. Así que cuando llegó un manojo de ruibarbo en la cesta de frutas y verduras, os podéis imaginar que no me lo pensé dos veces y me lancé.
Ella usó me parece crema agria pero como aquí no encontré, usé mascarpone para el toque italiano. Espero os guste, y sino, pues nada, aquí encontraréis muchas otras recetas de helados y sorbetes.
HELADO DE RUIBARBO Y JENGIBRE AL MASCARPONE
Para unas 6/8 raciones*
30g de jengibre confitado
450g de ruibarbo pelado y troceado
115g de azúcar blanquilla
30ml de agua filtrada
150g de mascarpone
150g de nata líquida para montar
Picamos el jengibre confitado muy pequeñito y lo reservamos.
Colocamos el ruibarbo junto al agua y al azúcar en una cazuela. Tapamos y pasamos al fuego, dejamos cocer unos 5/10 minutos hasta que el ruibarbo esté tierno y conservé su bonito tono rosado.
Lo trituramos hasta obtener un puré muy fino, dejamos enfriar y reservamos en la nevera.
Cuando estemos para preparar el helado, mezclamos el mascarpone con la nata líquida. Encendemos la sorbetera/heladera** y vertemos el puré de ruibarbo, dejamos que funcione unos 15/20 minutos.
Al cabo de este tiempo añadimos el mascarpone mezclado con la nata y el jengibre confitado picadito y dejamos la heladera funcionar 15/20 minutos más hasta obtener la textura que más nos guste del helado.
Bon profit!
Algunas informaciones útiles o no tan útiles
* La receta es de un libro americano de helados… pero como me lo preparó una amiga, no sé quien es el autor… si os suena, ¡no dudéis en decírmelo!
**Para los que no tienen heladera, colocamos en el congelador unas 6 horas, removiendo y batiendo bien cada 2 horas para que no se formen demasiados cristales de hielo.