Un blog para compartir mis recetas favoritas, caseras, sanas y de primera calidad.
Hace unas semanas, compartía con vosotros mi alegría de contar entre los ganadores del concurso de recetas navideñas de Aneto… Y ahora que hemos disfrutado del fantástico premio que nos tocó, quería compartirlo con vosotros, a la vez que la receta que fue premiada.
El pasado 28 de febrero, nos encontramos en Artés, en la fábrica de Aneto con las dos otras parejas ganadoras, Marga y José del blog Acibecheria y Enrique y María del blog El Decantador de Vinos. Aunque el sol no acompañó, la organización y la simpatía de las personas que nos acogieron hicieron de aquel día un gran día.
Empezamos por una visita de la fábrica, y os puedo asegurar por haberlo visto con mis propios ojos que cuando dicen “100% natural” no es una frase de márketing… Es la más pura y absoluta realidad.
Por gusto y por costumbre, en casa la mayoría de veces preparamos caldo casero pero siempre tenemos un par de caldos Aneto por los días “sin” (ganas, tiempo, nada vamos), porqué su sabor nos gustaba.
Y ahora sé porque nos gustaban tanto los caldos Aneto, porqué lo preparan exactamente como en casa… ¿exactamente? Bueno, excepto el tamaño de las ollas que usan, claro. Como si fuésemos pitufos en nuestras cocinas para daros una idea del tamaño de sus ollas :o)
Foto cedida por Aneto
El día de nuestra visita, se estaba cociendo un caldo de pollo (el olor por la fábrica era de lo más embriagador, olía que alimenta) y estaban a punto de preparar un caldo de jamón… Y allí pudimos ver los ingredientes que usan, y exceptuando las cantidades ENOOORMES, son los mismos que en casa, sólo verduras frescas, carne fresca, huesos de jamón,… Vamos nada que nuestras abuelas e incluso bisabuelas no hubiesen usado. No hay secreto, con ingredientes de calidad, el resultado sólo puede ser rico, rico.
Foto cedida por Aneto
Un detalle nos sorprendió mucho, los puerros, si señores: los puerros (frescos) se lavan de uno en uno, a mano por una señora que nos impresionó por su arte, menuda cantidad de puerros ha limpiado en su vida esta señora :o)
Incluso pudimos ver la olla por arriba, ¡menudo olorcito! Y probamos un poco de los caldos recién preparados y alguna cosita que todavía no ha salido al mercado, pero… ¡secreto! Pero lo que si os puedo adelantar es que el sabor era impresionante…
Foto cedida por Aneto
Porqué los caldos además de prepararse con ingredientes sencillos, en ollas idénticas a las de casa pero más grandes, se cuecen a fuego lento durante unas 3 horas (cada receta tiene sus tiempos pero para daros una idea) y después se les quita las grasas que suben por encima… y lo que me conocéis sabéis cuanto todos estos detalles son importantes :o)
En Aneto también preparan sofritos para paella o fideuà y pudimos ver la “sartén” gigante donde se preparan los sofritos, a fuego lento y como en casa, realmente impresionante y sorprendente.
Después de esta primera parte de la visita dedicada a la fabricación de los caldos, muy artesanal “como en casa”, pasamos en el lugar donde se envasan los caldos con el proceso UHT (ultra high temperature) que les permite conservarse muchos meses preservando sus sabores y propiedades. Es un proceso totalmente natural por lo cual los caldos Aneto no contienen aditivos con nombres raros o azúcares para conservarlos. Sólo se juega sobre las temperaturas para envasar los bricks de caldo en condiciones óptimas.
Esta parte de la fábrica es la más “tecnológica”, es increíble y casi mágico ver como los bricks se llenan/forman/salen/entran en cajas/… solitos, como por arte de magia… Bueno, ¡por un artilugio increíble!
Y de allí, caldos listos a llegar a nuestras casas para deleitarnos. En los bricks, se ven los ingredientes apuntados, pero creo que se han olvidado un ingrediente que me parece importantísimo después de haber pasado unos hora con ellos: es su pasión por los productos que fabrican, cuanto lo miman, lo quieren y el entusiasmo que ponen en él día tras día. Y claro, caldos sin gluten y sin lactosa para ayudar todos quienes conocen limitaciones en su dieta diaria para mantener su salud. Todo un reto hoy en día.
Después de una comida con varias personas que trabajan en Aneto, nos fuimos a una cata de vinos en el celler Abadal, en un entorno natural muy privilegiado. Disfrutamos de 3 vinos, entre los cuales un vino a base de picapoll, una variedad local de uva, parte de estas variedades que se están intentando recuperar actualmente.
Después catamos un tempranillo y terminamos la cata con el 5 Merlot, interesante e original Merlot para mi paladar pero ¡no dudo que Enrique os hablará mejor de ellos en su entrada dedicada aquí!
Para terminar el día, pudimos disfrutar de una agradable cena y noche en el hotel Món de Món Sant Benet, donde el paisaje está entre los más preciosos que se puedan encontrar. Tanta tranquilidad y paz, tanta sensación de bienestar no son cosa común.
Y para colmar el día, en Aneto nos obsequiaron con un lote de productos de la marca y el libro de Ferrán Adrià, La cocina de la Familia, ¡todo un detalle para quienes aman cocinar!
Antes de dejaros con la receta, quería darles las gracias desde aquí a todos los de Aneto que hicieron de aquel día un día muy especial, Paquita, Joaquim, Daniel,... y especialmente a Núria y Robert que lo organizaron con todo su corazón.
¡Muchísimas gracias por todo Aneto!
Y por si os interesa, Aneto está de nuevo de concurso, no os lo perdáis, los detalles para participar están aquí, ya quedan pocos días.
FLAN DE CREMA DE MARISCO
Para 6 moldes de 7,5 cl
Para los flanes
275g de crema de marisco Aneto
25g de maicena
2 huevos pequeños
Un poco de aceite o de mantequilla para untar los moldes
Para servir
Un manojo de espárragos trigueros
3 cc* de aceite de oliva
6 gambas grandes
Sal, pimienta
Para los flanes
Calentamos el horno a 180º.
Batimos los huevos y añadimos poco a poco la crema de marisco mezclando muy bien.
En un cuenco pequeño, mezclamos la maicena con unas cucharadas de la mezcla anterior hasta que no queden grumos.
Juntamos las dos mezclas y nos aseguramos que estén bien mezcladas.
Untamos 6 moldes pequeños con un poco de aceite si no fuesen de silicona y repartimos la mezcla.
Horneamos unos 35/40 minutos, comprobando que estén hechos pinchando con un palillo que tiene que salir limpio.
Reservamos en el horno unos minutos hasta que se bajen y se templen un poco.
Para servir
Cortamos las puntas de 6 trigueros y las salteamos con 1cc* de aceite de oliva hasta que estén hechas pero todavía al dente. Salpimentamos al gusto y reservamos.
Cortamos las partes más duras de los espárragos y las puntas sobrantes en trocitos y los salteamos con 1cc* de aceite hasta que queden tiernos. Salpimentamos al gusto y reservamos.
Calentamos el aceite sobrante y cocemos las gambas vuelta y vuelta, dependiendo del tamaño pero sin pasarnos para que queden jugosas.
En el momento de servir, colocamos un lecho de espárragos salteados, desmoldamos un flan de crema de marisco encima, y terminamos decorando con una punta de espárrago y una gamba cocida. Servimos templado y ¡a disfrutar!
Bon profit!
Algunas informaciones útiles o no tan útiles
* cc: cucharita de café