Muchas veces, al ver productos típicos de Italia me quedo pensando… Una coca y una focaccia se parecen mucho, distinguir unos cantuccinis de unos carquinyolis tampoco es algo sencillo… Por no mencionar muchas otras cosas que todavía estoy por descubrir y os iré contando a medida las vaya descubriendo.
Así que el pasado viernes, mientras estaba guardando cosas en la nevera vi un poco de levadura fresca pensé… “a preparar focaccia”… y después pensé, “no, mejor coca”… y al final preparé la masa que suelo preparar como base para las pizzas cuando no uso masa madre… El año pasado publiqué una pizza dulce de uvas y aceite de oliva que nos encantó, así que pensé que una focaccia dulce también saldría muy rica.
La receta de hoy es una coca rellena de mermelada de higos y decorada con higos frescos, una receta otoñal, perfecta para una merienda o un desayuno de fin de semana… Me gustan tanto estas masas leudadas, ligeramente dulces pero sin ser empalagosas o pesadas ya que apenas llevan grasa… Están entre mis meriendas y desayunos favoritos :o)
Además estaba encantada de poder volver a usar el horno nuevo con todas sus funciones +++ después de tantos meses de calor. Así que os dejo con la receta que mando directamente a las chicas dels Fruits Saborosos para su concurso de setiembre :o)
Qué os parece, ¿¡la llamo coca o focaccia?!
COCA-FOCACCIA DE HIGOS
RELLENA DE MERMELADA DE HIGOS
Para 6 / 8 personas
Para la masa
500g de harina de trigo blanca + 1 poco para manejar la masa
60g de azúcar moreno
25g de levadura fresca tipo Levital
2 huevos pequeños
4CS* de vino dulce (tipo Moscatel o Vino Santo)
1CS* de aceite de oliva + 1 poco para untar la masa para que no se seque
1 pizca de sal
Para la presentación y el relleno
12 higos aproximadamente dependiendo de su tamaño
200g de mermelada de higos
2CS* de azúcar moreno
Para la masa
Empezamos preparando la masa. Desmigamos la levadura con 100 ml de agua templada, 1 pizca de azúcar moreno y 50g de harina. Mezclamos bien para que no queden grumos y dejamos reposar tapado con un paño unos 30 minutos.
Mientras tanto, en el bol de la amasadora combinamos la harina, el azúcar moreno, la pizca de sal. En otro bol mezclamos los huevos, el aceite, el vino dulce y 50 ml de agua filtrada templada.
Formamos un hueco en el centro de la mezcla del bol de la amasadora y vertemos la levadura pre-fermentada. Añadimos la mezcla líquida de huevos y amasamos aumentando progresivamente la velocidad durante unos 10/15 minutos hasta obtener una masa lisa y suave, fácil de manejar.
Colocamos en un bol ligeramente untado con aceite y damos vuelta a la masa para que tenga aceite por todos los lados. Cubrimos y dejamos reposar unas 2 horas (en mi caso, usé la función fermentar del horno combinado con vapor y lo dejé leudar 40 minutos al 2 y después 30 minutos más con el horno apagado).
Para la presentación y el relleno
Pasamos los higos por agua y los secamos. Los cortamos en lonchas finas. Reservamos.
Cuando la masa haya doblado su volumen, la separamos en 2 trozos de mismo peso, procurando no manipularla para que no pierda sus burbujas. Con un rodillo ligeramente enharinado, extendemos un trozo de masa del tamaño de la bandeja del horno, sobre unos 30 x 40 centímetros. Colocamos este rectángulo de masa en una hoja de papel vegetal sobre la bandeja del horno y la untamos con 150g de mermelada de higos.
Cogemos el otro trozo de masa y le damos forma como al primero. Con cuidado, colocamos la masa sobre la primera lámina untada con mermelada y con los dedos sellamos los bordes para que la mermelada no se escape.
Untamos la segunda lámina de masa con la mermelada de higos sobrante y decoramos con los higos previamente troceados.
Espolvoreamos con el azúcar moreno y dejamos leudar entre 45 minutos y 1 hora, hasta que veamos que la masa ha vuelto a coger aire (usé otra vez el programa fermentar de mi horno y lo puse en la posición 3 durante 20 minutos y después dejé 20 minutos más con el horno apagado):
Horneamos con calor por debajo (como para las pizzas o usando el programa pan como en casa) durante unos 30/35 minutos a 190º/200º (con vapor intermedio si disponemos de esta función).
Sacamos del horno y ¡a comer! Recién horneada es una delicia, con un vasito de vino dulce para los mayores o leche fresquita para los más peques de casa.
Al día siguiente seguía muy rica para desayunar e incluso me sorprendió que no se secara como me había pasado en otras ocasiones.
¡Espero os guste!
Bon profit!
Algunas informaciones útiles o no tan útiles
*CS: Cuchara Sopera