Muchos blogs de celebración estas semanas ;O)
A mi me gustan estos eventos y concursos porque imaginar recetas nuevas o distintas me parece muy estimulante y me paso horas pensando en que receta podría presentar para tal o tal evento gastroblogero. Además, seamos sinceros, siempre nos hace ilusión comer lo que hemos preparado y eso vale todos los premios del mundo ;o)
El blog Sushi de Jamón nos invita a cocinar para su I Concurso algo Dulce – Salado. Es algo que nos gusta mucho, ya sea el curry de gambas con manzana, el solomillo con ciruelas, el pollo relleno con frutos secos, las pansas en el cuscús…
Pero pensando en el tema, lo tuve muy claro, para mí el ejemplo perfecto de lo dulce y salado, suave y fuerte, horrible y delicioso es…
¡EL KETCHUP!
Pero ojo, nada que ver con las botellas de color rojo vivo, os hablo del kétchup casero de verdad con tomates de verdad, nada de aditivos raros…
“Estás loca, el kétchup es una porquería y sólo es para comida basura” me dijo mi marido la primera vez que preparé. Ahora suele añadir la palabra “industrial” en esta misma frase... No sé porque será.
Es una receta sencilla y muy agradecida. El sabor de este kétchup casero es incomparable, sólo cosas naturales, perfecto para acompañar una sencilla pechuguita a la plancha o unas patatas fritas light caseras. Y con unos huevos fritos, ni os cuento, que me están entrando ganas de comer.
También puede ser un detalle para regalar a amigos e invitados, muy personal y ¡100% casero!
¿Has probado alguna vez kétchup casero?
KÉTCHUP CASERO
para 4 botellitas de 20 cl
1,850kg de tomate bien maduro
4 dientes de ajo
4 cebollas hermosas
2CS* de aceite de oliva
4 clavos de olor
1cc** de canela en polvo
1cc** de jengibre en polvo
1cc** de pimienta negra
4cc** muy llenas de mostaza de Dijon
1cc** de nuez moscada rallada
3CS* de Worcester Sauce
150g de azúcar moreno
150ml de vinagre balsámico
Sal
Pelamos las cebollas y el ajo, los cortamos en dados pequeños y los rehogamos con el aceite de oliva caliente hasta que tomen un color dorado.
Añadimos los tomates previamente lavados y cortados en trozos grandes (con piel y pepitas).
Mezclamos bien y añadimos todos los otros ingredientes: el azúcar moreno, el vinagre balsámico, las especias, la mostaza y la salsa Worcester.
Dejamos que todo haga chup chup durante más o menos 1 hora.
Lo pasamos por la batidora y lo trituramos todo bien bien fino. Colamos con un chino y volvemos a volcar el puré de tomate colado en la cazuela.
A fuego muy suave, dejamos que la salsa reduzca hasta obtener la textura de ketchup que más nos guste, aproximadamente 1h30.
Mientras tanto, preparamos las 4 botellitas y sus tapas limpiándolos con agua hirviendo.
Con el kétchup todavía hirviendo, rellenamos las 4 botellitas, las cerramos bien fuerte y la colocamos cabeza abajo para que se haga el vacío.
Dejamos enfriar y ¡listo!
Si vas a conservar este kétchup fuera de la nevera y durante mucho tiempo, te aconsejo que lo pasteurices como para las mermeladas. Yo usé esta técnica con olla presión.
Bon profit!
Algunas informaciones útiles o no tan útiles
*CS: Cuchara Sopera
**cc: cucharita de café